El mundo laboral para los informáticos, aquí y fuera (II)

La semana pasada hablamos de la situación laboral de los informáticos y de la existencia de empresas intermediarias provocan una precariedad a varios niveles para estos trabajadores.

¿Informáticos precarios? ¿Cómo?

1. Se desprestigia a los trabajadores: se les llama recursos y son vistos como un número. Esto reduce el apego del informático por su empresa. Los empleados son movidos de un proyecto a otro como peones de un tablero de ajedrez, sin tener en cuenta sus intereses.

2. Se dan situaciones de dudosa legalidad: Las diferencias entre el convenio de la empresa intermediaria y de la del cliente pueden llevar a situaciones de dudosa legalidad. Por ejemplo, en lo concerniente a los días festivos u horas trabajadas. El trabajador a menudo no  conoce en detalle sus derechos y por tanto no puede defenderlos.

3.  Reciben poca o ninguna formación: la empresa intermediaria no tienen interés en la formación y desarrollo profesional de su trabajador.  Existen algunas que sí ofrecen formación, pero es poco accesible al trabajador porque el cliente no quiere desprenderse de él durante uno o varios días para que se forme.

4. Se exageran los currículums de los informáticos cuando la empresa intermediaria los presenta al cliente. Por ejemplo, se vende un programador junior como si fuese senior. Esto añade mucha presión al programador y mientras que éste cobra como junior, su empresa intermediaria lo hace como si fuera senior.

Este trato de los trabajadores hace que estas empresas intermediarias hayan adoptado la denominación de “cárnicas” que se dedican al bodyshopping

¿Existen estas empresas en otros países?

En el Reino Unido, estas empresas se llaman umbrella companies y están dirigidas a aquellos que prefieren trabajar como freelance o para la gente que va a estar más de 24 meses trabajando para el mismo cliente. Son empresas parecidas a las españolas pero no existen para explotar al trabajador, sino para cubrir una necesidad de este. Dicho esto, también se llevan un porcentaje de su sueldo.

Sin embargo, aunque existan también estos intermediarios, no siempre se tiene que realizar el trámite a través de ellos, como ocurre en España, pues a veces se factura directamente al cliente.

¿Has tenido alguna experiencia con este tipo de empresas en España o en el extranjero? Cuéntanosla en nuestros comentarios, o en nuestra página de Facebook o Twitter.

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